- Oh mi Cristo,
- la ambigüedad no se sustenta en tu humillante sacrificio de la cruz del Calvario; porque, oh Señor, diste tu vida, para que mi alma fuere a la gloria eterna.
- Y dice el Sagrado Escrito:
- Y muchos de los que duermen en el polvo serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
- Oh Santo de Israel,
- Tú eres Dios manifestado en carne.
- Y visitaste al ser humano, para que el que en tu santo nombre tuviere fe,
- se salvara de la muerte.
- Oh Cordero inmolado,
- Tú venciste con tu muerte al imperio de la muerte.
- Y harás bienaventurado,
- al que persevere hasta el día postrero, oh Rey de reyes; y se niegue a sí mismo, para amarte.
- Oh Hijo del Hombre,
- tu ministerio público finalizó, dejándonos el sello eterno de tu majestuosa obra del Calvario.
- Y momentos antes de expirar, dijiste: Consumado es;
- para que tu amada Iglesia, fuere arrebatada, en su tiempo, al celestial santuario.
- Oh Fiel y Verdadero,
- será la nueva Jerusalén,
- con sus calles de oro, nuestro glorioso paradero;
- y así moraremos en el eterno Edén.
- Paz de Cristo
miércoles, 13 de abril de 2022
LA LINEA QUE DELIMITA LA GLORIA DEL INFIERNO ES MUY VISIBLE, OH CRISTO
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