AFIRMAD EL ESPÍRITU EN CRISTO

• Oh mi Cristo, 
• la encrucijada nunca me será de menoscabo, sustentado por tu majestuoso nombre.
• Y es que, no diferiré en nada del Sagrado Escrito; 
• para seguir inexorablemente, los preceptos bíblicos del Hijo del Hombre.
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• La Biblia dice: Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 
• Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
• Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
• Oh Santo Espíritu, 
• El que obra tu verdad, vive en la celestial plenitud;
• porque en santidad, oh Rey de reyes, se manifiestan tus mayores glorias. 
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• La Biblia enseña: ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundantes; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.
• De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
• Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; Tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.
• Oh Cristo Redentor, nadie superará tu sacrificio abominable, 
• en la extrema vileza, escarnio y vituperio que con abnegación sufriste en la cruz del Calvario.
• Y las hordas abyectas, no tuvieron en cuenta tu piadoso perdón, que hizo reverberar el radiante brillo de tus celestiales estrellas. 
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• La Biblia enfatiza: ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?
• Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.
• Oh Soberano Señor Jesucristo, 
• Tú eres el Alto y Sublime que habita la eternidad. 
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• La Biblia incide: El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.
• En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos.
• Oh Cordero inmolado, la eterna fragancia de tu santísimo aliento,
• fue el exhorto más glorioso, para que ante las mayores pruebas, genuflexos a tus pies, no desmayáramos.
•                    Paz de Cristo