- Recorría Jesús todas la ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
- Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
- Oh mi Cristo, la sobrenatural sabiduría del cielo,
- la derramaste sobre las almas incircuncisas con excelso amor.
- Y dijo Jesús a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
- Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
- Oh Hijo del Hombre, de tu santo ministerio, todos tus hechos fueron gloriosos;
- y de santísimo linaje tus simientes.
- Jesús, enfatiza: ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
- Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
- Oh Soberano Señor, de antemano, todos los cabos son atados por tu omnisciencia;
- y esta gracia no le ha sido dada al heraldo, que con denuedo a evangelizar se presta.
- Jesús, constata: Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
- Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
- No es otro santuario, sino el de tu celestial gloria, oh Alfa y Omega,
- el que derrama a tiempo, sus eternas bendiciones.
- Oh Sumo Salvador,
- de la lluvia temprana y tardía, Tú sabes el momento preciso para que la semilla tenga una perfecta germinación.
- Y es que, Tú conoces el tiempo justo, oh Señor,
- en el que podrás circuncidar el prepucio, del que siempre fue un pétreo corazón.
- Paz de Cristo
domingo, 10 de abril de 2022
MATEO 9:35,36 EN CRISTO
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