SALMO 97:1,2 EN CRISTO

• Jehová reina; regocíjese la tierra, alégrense las muchas costas. 
• Nubes y oscuridad delante de él; justicia y juicio son el cimiento de su trono.
• Oh mi Cristo, te exaltaremos con benditas loas;
• testificando, que Tú eres el único Dios del universo.
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• La Biblia dice: Fuego irá delante de él, y abrasará a sus enemigos alrededor. 
• Sus relámpagos alumbraron el mundo; y la tierra vio y se estremeció. 
• Los montes se derritieron como cera delante de Jehová, delante del Señor de toda la tierra.
• Oh Sumo Creador, 
• a la perversa iniquidad regeneró,
• la inusitada pureza de tu excelsa diestra.
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• La Biblia enseña: Los cielos anunciaron su justicia, y todos los pueblos vieron  su gloria.
• Avergüéncense todos los que sirven a las imágenes de talla, los que se glorían en los ídolos. 
• Póstrense a él todos los dioses.
• Oh Altísimo Redentor, fue el derramamiento de tu preciosa sangre, en tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario, la que nos dio la eterna victoria.
• Y en el Lugar Santísimo, todo anatema de los profanos, 
• para el que se quebrante a los pies del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, con el corazón contrito y humillado, se tornará en bendiciones.
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• La Biblia constata: Oyó Sion, y se alegró; y las hijas de Judá, oh Jehová, se gozaron por tus juicios.
• Porque tú, Jehová, eres excelso sobre la tierra; eres muy exaltado sobre todos los dioses. 
• Oh Soberano Jesucristo, de gracia recibimos tus genuinos hijos;
• por ser de tus preceptos bíblicos; no solo oidores, sino también hacedores. 
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• La Biblia enfatiza: Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; de la mano de los impíos los libra.
• Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón. 
• Alegraos, justos, en Jehová, y alabad la memoria de su santidad. 
• Oh Alfa y Omega,
• nada te ha sido oculto de nuestra séptica perversión;
• pero los pobres en espíritu, sustentados por la Sagrada Palabra, nos hemos rendido a tus pies, oh  Rey de la gloria; y nuestra bienaventurada esperanza, es tu majestuosa piedad.
•                      Paz de Cristo