- Oh mi Cristo,
- ¿es un verdadero cristiano el que pone por obra la impostura de su cargo?
- ¡Oh Altisimo Señor, Tú fuiste fiel en los días de tu carne, hasta que en la cruz del Calvario entregaste el espíritu!
- Y es que, diste cumplimiento a la Sagrada Palabra de facto.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, que se sepa, no te mandaban poesías exaltado tu glorioso nombre.
- Lo que sí sabemos es que Tú eres el autor y consumador de la fe,
- oh Hijo del Hombre.
- Jesús, dijo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja a las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
- Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
- Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
- Oh Alfa y Omega,
- la misión de tus genuinos ministros es devolver al redil, al que a través del bautismo en tu santo nombre lo convertiste para siempre en tu hijo.
- Y es que, como pastor, debe asumir de la sana doctrina este cumplimiento.
- Oh Cristo Jesús,
- para los seres humanos,
- inaccesible es tu majestuosa luz;
- porque de gracia la celestial revelación, únicamente es percibida por los que son santos.
- Oh Cristo Redentor,
- al confrontar tu execrable sacrificio de la cruz del Calvario, con nuestro arbitrario vivir, comprobamos la seudocristiana actitud.
- Y es que, en un sinnúmero de ocasiones, prevalece el desamor,
- que es diametralmente opuesto, oh Señor, a tu admirable luz.
- Paz de Cristo
martes, 11 de octubre de 2022
¡AY DEL TIEMPO CUANDO LA INDIFERENCIA DEL ALMA PUEDE AL ESPÍRITU, OH CRISTO!
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