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sábado, 29 de octubre de 2022

LA VOLUNTAD DEL HOMBRE ES DIAMETRALMENTE OPUESTA A TU GLORIOSA VOLUNTAD, OH CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • nunca asumirá la humanidad tu pensamiento eterno, por el hecho propio de vivir en la carne más séptica.
  • Pero a los ciento veinte reunidos en el aposento alto, 
  • oh Señor, les dijiste: Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 
  •  
  • Jesús, enfatiza: Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 
  • Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os llevará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
  • Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
  • Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije tomará de lo mío, y os lo hará saber.
  • Oh Cristo Altísimo, es únicamente a tu majestuoso nombre al que podremos indubitablemente amar,
  • por ser, oh Eterno, al único que en espíritu y en verdad adoraremos en nuestro devenir; 
  • porque en el gran Dios está el principio y el fin de tu ser;
  • y por su buena voluntad produce en nosotros, tanto el querer, como el hacer.

  • La Biblia dice: Así que, hermanos os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 
  • No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
  • Oh Fiel y Verdadero, Tú eres el pan de vida celestial;
  • y yendo por su senda sagrada, a los que somos sus auténticos siervos,  invariablemente sustentará nuestra alma.

  • Oh Sumo Alfarero, 
  • sabemos que somos la obra maestra de tu prodigiosa rueda, porque vivimos en la gloriosa realidad de ser tus verdaderos hijos hoy.
  • Y por lo mismo, anhelamos ser salvos por tu bendita gracia en el día postrero,
  • oh gran Yo Soy. 

  • Oh Alto y Sublime, 
  • nuestra voluntad está concernida en tu santa voluntad.
  • Y nuestra alma, sin titubeos en el día del fin, ante tu presencia ha de estar firme;
  • porque nuestro ferviente deseo, oh Rey de reyes, es morar contigo en la eternidad. 
  •                 Paz de Cristo 

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