- Oh mi Cristo,
- por tu santa voluntad, en la cruz del Calvario fuiste el Cordero inmolado de nuestra redención.
- Y a fecha de hoy nadie es bendito,
- porque todo arrepentimiento ha sido vano a la sazón.
- Oh Sumo Redentor,
- en tu muerte, y muerte de cruz se multiplicó exponencialmente tu santísima piedad.
- Y es que, oh Hijo del Hombre, nunca has dado tan excelso amor,
- por nuestra gloriosa eternidad.
- Oh Cristo Jesús,
- por tu designio inescrutable, hemos llegado a ser tus genuinos heraldos.
- Y guiados, oh Señor, por tu sobrenatural luz,
- nos siguen tus señales y prodigios, para testificar en tu santo nombre como siervos consagrados.
- Oh Fiel y Verdadero,
- cada segundo de nuestra vida nos has honrado con tu presencia.
- Y será, oh Rey de la gloria, en el día postrero,
- cuando necesitaremos para ser salvos, tu misericordia de excelencia.
- Oh Alfa y Omega,
- ha lugar continuadamente nuestra abyecta traición, debido a la obscena carnalidad.
- Y será tu invulnerable altar, el que al maligno eche a las tinieblas de afuera;
- para que acrisolados por la fe, oh Rey de reyes, nos guardes en la irreprensible verdad.
- Paz de Cristo
lunes, 10 de octubre de 2022
LA CHUSMA QUE TE ESCARNECIÓ EN LA CRUZ, TE SIGUE ESCARNECIENDO AHORA, OH CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario