- Oh mi Cristo,
- la bienaventurada esperanza del tiempo de tus siervos, es vivir por y para tu reino.
- Oh Santo Espíritu,
- guíanos irreprensibles hasta la gloriosa morada del cielo.
- Oh Santo,
- guárdanos por la eternidad,
- a los adoradores de tu presencia en el aposento alto;
- porque siempre hemos anhelado revestirnos de santidad.
- Oh Eterno,
- en la búsqueda de tu sagrada e indeleble huella, concernidos estamos tus genuinos discípulos día y noche.
- Y señales y prodigios vemos en el cielo,
- para que en las tinieblas el alma no tropiece.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- al ser de tu sobrenatural raíz linaje,
- te damos gracias, oh Señor, por tus inconmensurables favores,
- que sustentan con celestial provisión al que en santidad permanece.
- Oh Sumo Creador,
- por estar hechos a tu imagen y semejanza, nos gloriamos en tu excelso nombre.
- Y revestidos con el piadoso vínculo del amor,
- deseamos fervientemente llegar a la estatura del varon perfecto, oh Hijo del Hombre.
- Paz de Cristo
miércoles, 5 de octubre de 2022
TU MÁXIMA ATENCIÓN HA DE SER NO IR A DESTIEMPO EN CRISTO
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