- Oh mi Cristo,
- sabemos que no luchamos contra sangre y carne, sino contra potestades espirituales.
- Y es la llenura del Santo Espíritu,
- la que nos liberta de tan abyectos males.
- Oh Cristo Redentor,
- con tu sacrificio abominable en la cruz del Calvario, venciste al imperio de la muerte.
- Porque a la inmunda letalidad derrotó tu excelso amor;
- cuando en la más ignominiosa crucifixión, a toda la humanidad el majestuoso perdón verbalizaste.
- Oh Sumo Alfarero,
- somos vasos perfeccionados por tu rueda sagrada.
- Y anhelamos ser siervos probos el día postrero,
- oh Señor, para vivir en tu eterna morada.
- Oh Cristo Jesús,
- todos los siervos que hayan muerto invocando tu santo nombre, oirán tu voz en sus tumbas.
- Y es que, el sobrenatural prodigio de tu admirable luz,
- arrebatará a la gloria a las almas salvas.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- a tu grandiosa misericordia clamamos.
- Para que en el día del juicio,
- por tu excelsa diestra seamos glorificados.
- Paz de Cristo
lunes, 3 de octubre de 2022
SUPERA TODA CIRCUNSTANCIA LETAL EN CRISTO
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