- Oh mi Cristo,
- nada suple el sacrificio del que se quebranta en su espíritu.
- Y es que, guiados por el Santo Espíritu,
- el que nos habla es el Señor Altísimo.
- Oh Alto y Sublime,
- guárdanos en tu sagrado regazo.
- Solo tus auténticos siervos somos fieles a tu perfecto linaje;
- porque hemos nacido de nuevo, oh Señor, en el celestial santuario.
- Oh Cristo Jesús,
- tus consagrados hijos hemos sido engendrados por la Sagrada Palabra.
- E hijos somos de luz,
- oh Rey de la gloria, porque nuestro corazón celosamente te ama.
- Oh Fiel y Verdadero,
- del quebrantamiento de tus genuinos discípulos, emana el olor fragante.
- Porque el umbral de lo eterno,
- abierto está para el que en santidad permanece.
- Oh Alfa y Omega,
- la convicción de pecado,
- ha de ser inmarcesiblemente meridiana,
- para el que se siente bienaventurado.
- Paz de Cristo
domingo, 2 de octubre de 2022
QUÉ EL QUEBRANTAMIENTO DE ESPÍRITU SEA TU SACRIFICIO DE OLOR FRAGANTE EN CRISTO
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