- Jesús, dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
- Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
- Oh mi Cristo, Tú siendo Rey, te hiciste siervo por amor a los perdidos,
- para que por tu excelsa gracia fueran restaurados.
- Oh Santo de Israel,
- tu viniste para salvar a las almas impías.
- Y a tus genuinos siervos has escogido, para que hasta el fin perseveren con fe;
- porque al que fuere tibio en la misión encomenda, de tu boca le vomitarás.
- Oh Cristo Jesús,
- ni por acción, ni por omisión cometiste el más mínimo pecado.
- Y es que, oh Señor, la pureza de tu luz,
- solo resplandece en el corazón santificado.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú al esforzado y valiente le diste una misión a cumplir; y no llevaron ni alforja, ni calzado.
- Pero por amor a tu santo nombre,
- oh Rey de reyes, predicaron las buenas nuevas de salvación eterna, sin darle un ápice de espacio al desmayo.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- en tu huella sagrada se manifiesta la gloria.
- Y es el Santo Espíritu,
- el que nos lleva a dar la vida, para ser más que vencedores, oh gran Yo Soy, en tu eterna memoria.
- Paz de Cristo
lunes, 24 de octubre de 2022
TU VANIDAD NO AGRADA A CRISTO
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