- Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
- Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
- Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
- El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
- Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
- Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
- Oh mi Cristo, tu execrable sacrificio en la cruz del Calvario, con el Padre nos reconcilió;
- y fue de redención para las pecadoras almas.
- Pero el disoluto, que prosiguió por el camino sórdido y nauseabundo,
- será echado a perpetua confusión y vergüenza en el pavoroso infierno.
- Y las almas santas podrán morar,
- por la eternidad en el paraíso.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, pudimos ver un sinnúmero de prodigios.
- Extrañas circunstancias, a tus discípulos les llevaron a palpar tu gloriosa llaga para creer.
- Tamaña incredulidad, oh Señor, es demostrativa de tus inescrutables designios.
- Oh Hijo del Hombre,
- nada se puede reprochar, y menos hacer un juicio sumarísimo del que jamás tuvo pecado.
- Pero no por otra vicisitud, sino por amor a su excelso nombre,
- el Alto y Sublime que habita la eternidad, se quiso presentar ante la abyecta humanidad como un Cordero inmolado.
- Oh Cristo Redentor,
- en tu sacrificio voluntario en la cruz del Calvario, tuviste la inequívoca voluntad de dar a las hordas que te escarnecían tu majestuoso perdón.
- Y el eco de tal respuesta, acrisoló el universo con un Cristocéntrico relámpago de amor,
- para sellar desde la eternidad y hasta la eternidad al bienaventurado corazón.
- Oh Cristo Jesús,
- con tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, hiciste el nuevo pacto de la gracia.
- Y a día de hoy, el mundo no ha interiorizado tan gloriosa plenitud;
- porque su endurecida cerviz, oh Eterno, no se rinde a tus santísimos pies con el rostro postrado en tierra.
- Paz de Cristo
viernes, 14 de octubre de 2022
TODO ALTAR SERÁ DE SALVACIÓN O DE CONDENACIÓN EN EL DÍA POSTRERO, OH CRISTO
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