- Oh mi Cristo,
- tu amada Iglesia nunca aceptará la predicación superficial.
- Porque en toda manifestación del Evangelio,
- se ha de mover el reino celestial.
- Oh Alto y Sublime,
- la enseñanza de la Sagrada Palabra,
- siempre ha de ser solemne,
- para que su transcendencia sea eterna.
- Oh Fiel y Verdadero,
- en el Edén, únicamente hay excelencia.
- Y es que, el Todopoderoso que resucitó, fue el Cristo que murió, después de haber derramado su preciosa sangre crucificado en un madero;
- y del que ahora adoramos su gloriosa presencia.
- Oh Santo de Israel,
- Tú volverás a por tu amada Iglesia, sin arruga y sin mancha.
- Y por ser el autor y consumador de la fe,
- oh Rey de reyes, tus genuinos siervos creemos firmemente en las promesas de tu Biblia santa.
- Oh Hijo del Hombre,
- Tú eres el único Dios manifestado en carne.
- Y porque tu nombre es sobre todo nombre,
- la salvación, oh Señor, es para el que en tu invocación, a tus eternos pies con el corazón contrito y humillado se postrare.
- Paz de Cristo
viernes, 28 de octubre de 2022
LA VANAGLORIA ES EL EXTREMO FINGIMIENTO EN CRISTO
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