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domingo, 8 de mayo de 2022

1 PEDRO 4:1-3 EN CRISTO

  • Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
  • Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 
  • Oh mi Cristo, lo siervos que a tus santísimos pies estamos postrados,
  • recibimos celestiales bendiciones todos los días. 

  • La Biblia dice: A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
  • Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios. 
  • Oh Santo de Israel, a tus preceptos biblicos, los que tenemos temor del único Dios, estamos sujetos;
  • porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

  • La Biblia enseña: Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 
  • Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. 
  • Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.
  • Oh Cristo Redentor, en tu abominable sacrificio de cruz, nos ofrendaste un universal perdón, 
  • a los que nos edificamos en tus preceptos biblicos, para ser bienaventurados;
  • y loarte hasta el fin, oh Señor, con solemnes oraciones.

  • La Biblia enfatiza: Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 
  • Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 
  • Oh Alfa y Omega, los heraldos por ti escogidos,
  • en tu santo nombre testificamos por fe y para fe.

  • Oh Hijo del Hombre, después de resucitado,
  • los incredulos pudieron palpar tu santísima llaga. 
  • Y tú podrás ser glorificado;
  • si en adoración amas, al Señor Omnipotente que más te ama.
  •                 Paz de Cristo 

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