- Oh mi Cristo,
- mostramos la in solemnidad bíblica, por acción o por omisión, en cada uno de nuestros disolutos pensamientos.
- ¡Sigue sin desmayo la verdad del Santo Espíritu!
- ¡Torna el mal por el bien sin abatimientos!
- Oh Soberano Redentor,
- con tu abominable sacrificio en la cruz del Calvario, nos diste tu majestuoso perdón; y no fue a la vista de nuestra exigua adoración, el ejemplo perfecto, porque no nos ha apartado de la vileza del espíritu más obsceno.
- Oh Todopoderoso Señor,
- no mitigaste ninguna manifestación piadosa, por la que a la universal inmensidad entregaras sin excusas para su salvación, tu espíritu, alma y cuerpo.
- Oh Santo de Israel,
- en tu ministerio público, dejaste una indeleble huella sagrada.
- Y las hordas farisaicas que te malinterpretaban, pudieron pensar que era una ficción; haciendo desdén, oh Señor, de tu Palabra,
- y con extremo escarnio la aborrecieron insultantemente.
- Oh Sumo Alfarero.
- en tu gloriosa rueda, a todos los vasos les infundiste el espiritual candor de la inocencia.
- Pero no será hasta el día postrero,
- cuando podrás ver su perniciosa maldad, o sus frutos de excelencia.
- Oh gran Yo Soy,
- Tú nos has dado una conciencia, que sabe separar la acción que está bien de la que está mal.
- Y la bendición has de buscarla en un ínfimo tiempo, que para ti es el hoy;
- sin embargo, para el Omnipotente Señor y Salvador Jesucristo es eternal.
- Paz de Cristo
domingo, 15 de mayo de 2022
CUANDO ASUMA LA IRRELEVANCIA DE MIS JUICIOS, ME SOMETERÉ SIN REMISIÓN A TU BÍBLICO JUICIO, OH CRISTO
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