- Maravillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi alma.
- La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
- Oh mi Cristo, la sagrada huella de tus pasos me ceñiré cada mañana,
- para elevar al trono de la gracia mis anhelos irreprensibles.
- La Biblia dice: Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos.
- Mírame, y ten misericordia de mi, como acostumbras con los que aman tu nombre.
- Mi provisión santa se sustentará en tus bíblicos fundamentos,
- oh Hijo del Hombre.
- La Biblia enseña: Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
- Líbrame de la violencia de los hombres, y guardaré tus mandamientos.
- Oh Cristo Jesús, Tú eres el principio y el fin.
- Y con denuedo predicaré el Evangelio de la gracia, para que tu admirable luz alcance a los inconversos.
- La Biblia enfatiza: Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, y enséñame tus estatutos.
- Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.
- Oh Rey de reyes, vísteme con el lino fino de los santos;
- y revertirá en las incensadas oraciones que el Todopoderoso espera de sus verdaderos siervos hoy.
- Oh Alto y Sublime,
- en tu eterno paraíso está fundamentada nuestra esperanza.
- Pero nunca has de dar el paso impostor que para su consecución te exime;
- y es el de no apartarte del maligno y su asechanza.
- Paz de Cristo
viernes, 20 de mayo de 2022
SALMO 119:129,130 EN CRISTO
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