- Acuérdate de la Palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
- Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.
- Oh mi Cristo, no hay mayor mandamiento que el poderte a ti amar;
- porque así, nos habremos en tu glorioso nombre santificado.
- La Biblia dice: Los soberbios se burlaron mucho de mí, mas no me he apartado de tu ley.
- Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos, y me consolé.
- Oh gran Rey,
- en tu excelsa diestra, irreprensible me guardaré.
- La Biblia incide: Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos que dejan tu ley.
- Cánticos fueron para mí tus estatutos en la casa en donde fui extranjero.
- Oh Altísimo Señor, santo refugio serás para mí,
- hasta la final trompeta del día postrero.
- La Biblia constata: Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová, y guardé tu ley.
- Estas bendiciones tuve porque guardé tus mandamientos.
- Oh gran Yo Soy,
- sé que en el paraíso nos gloriaremos eternamente en tus fundamentos.
- Oh Alfa y Omega,
- de las bendiciones del cielo tus genuinos discípulos estamos colmados.
- Y es que, únicamente siendo obedientes a la Sagrada Palabra,
- seremos bienaventurados.
- Paz de Cristo
jueves, 26 de mayo de 2022
SALMO 119:49,50 EN CRISTO
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