- ¡Oh cuanto amo yo tu ley! todo el día es ella mi meditación.
- Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo.
- Oh mi Cristo, escudriño tus pasajes bíblicos con el quebrantamiento del corazón,
- para que prevalezca eternamente tu gloria sobre el maligno.
- La Biblia dice: Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación.
- Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.
- Oh Hijo del Hombre, Tú derramaste tu preciosa sangre en la cruz del Calvario, para darnos redención.
- Y sin tiempo, oh Señor, nos postramos ante tu presencia con el corazón contrito y humillado, para solo ofrendarte lo que a ti te agrada.
- La Biblia enseña: No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste.
- ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! más que la miel a mi boca.
- De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
- Oh Alfa y Omega, en tu excelsa diestra guardaste,
- al que tu majestuoso nombre exalta;
- y hasta lo último de la tierra, tu Sagrada Palabra predica.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo,
- me he edificado celosamente en tu perfecta senda.
- Y he de rogarte, oh Rey de la gloria, que tengas misericordia de mi espíritu,
- que ha hecho exaltación de tu gracia excelsa.
- Oh gran Yo Soy,
- nos gloriamos en tu eternidad,
- y nadie la ha visitado hasta el día de hoy;
- pero sabemos, oh Señor Jesucristo, que Tú eres el único Dios que vive por los siglos en la doctrina de Unicidad.
- Paz de Cristo
sábado, 28 de mayo de 2022
SALMO 119:97,98 EN CRISTO
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