- Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová, conforme a tu palabra.
- Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído.
- Oh mi Cristo, en tu pensamiento de eternidad ha de buscar nuestro ser la excelencia,
- para estar siempre bendecido.
- La Palabra dice: Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.
- Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.
- Oh Santo de Israel, tu Sagrada Escritura me ha regenerado el alma;
- y en mí ya no hubo más pensamientos fatuos.
- La Biblia enseña: Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.
- Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
- Oh Hijo del Hombre, tus prodigios y señales han sido nuestros inexpugnables cimientos,
- y la argamasa que en lo sobrenatural nos ha edificado.
- La Biblia constata: Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.
- Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.
- Oh Rey de reyes, contigo hemos conocido la sana doctrina tus discípulos consagrados;
- porque en tu majestuoso nombre, la fe se nos muestra ilimitada.
- Oh Soberano Redentor,
- en tu sacrificio de cruz, hemos aprendido a contextualizar la máxima humillación.
- Y es que, oh Rey de la gloría, has hecho sentir a los incrédulos corazones tu grandiosa expresión de amor;
- para salvar a la obra maestra de tu sublime creación.
- Paz de Cristo
viernes, 27 de mayo de 2022
SALMO 119:65,66 EN CRISTO
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