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domingo, 22 de mayo de 2022

SALMO 58:1,2 EN CRISTO

  • Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
  • Antes en el corazón maquináis iniquidades; hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra. 
  • Oh mi Cristo, derrama sobre nosotros tus celestiales bendiciones,
  • y guarda nuestra vida en tu excelsa diestra. 

  • La Biblia dice: Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron. 
  • Veneno tienen como veneno de serpiente; son como el áspid sordo que cierra su oído, que no oye la voz de los que encantan, por más hábil que el encantador sea.
  • Oh Rey de reyes, a tu admirable luz, los impíos de las tinieblas vinieron;
  • porque tu santísima verdad, oh Señor, puso su precaria fe en alerta.

  • La Biblia incide: Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
  • Sean disipados como aguas que corren; cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
  • Oh Alto y Sublime, son tus principios bíblicos,
  • los que santifican a tus discípulos aprobados.

  • La Biblia enseña: Pasen ellos como el caracol que se deslíe: como el que nace muerto, no vean el sol.
  • Antes que vuestras ollas sientan las llamas de los espinos, así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad. 
  • Oh Sumo Creador, los que hayan creido en tu glorioso nombre serán salvos, y los que no hubieren creido irán a la eterna condenación;
  • porque nadie podrá verte, oh Señor, sino tuviere su alma en santidad.

  • La Biblia enfatiza: Se alegrará el justo cuando viene la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío. 
  • Entonces dirá el hombre; ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra. 
  • Oh Soberano Redentor, en tu execrable crucifixión del Calvario, el corazón contrito y humillado visualizó en su pálpito, que meridianamente con la muerte se libraba tan descarnado desafío.
  • Y tu muerte, oh Cordero inmolado, venció al imperio de la muerte; para ser tu nuevo pacto de la gracia, el que dio a los siervos que se rindieron a tus pies, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, gloriosa vida eterna. 
  •                   Paz de Cristo 

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