- Oh Cristo Redentor,
- tu inmolacion en la cruz del Calvario, venció al imperio de la muerte, y sanó a nuestra alma de sus obscuras heridas.
- ¡Dios es amor!
- Y su paz que sobrepasa todo entendimiento, nos concedió su majestuoso perdón para nuestras erráticas vidas.
- Oh Santo de Israel,
- Tú enseñaste al ser humano a amar sin fingimiento.
- Y es que, derramaste sobre tus siervos el don de la fe,
- para predicar la Sagrada Palabra, hasta lo último de la tierra, a todo el que fuere inconverso.
- Oh Cristo Jesús,
- Tú nos predicaste el Evangelio de la gracia,
- para llevarnos de las tinieblas a tu admirable luz.
- Y nos fue revelado el nombre que es sobre todo nombre, para percibir espiritualmente tu sobrenatural presencia.
- Oh Soberano Señor Jesucristo,
- solo los probos hijos de la Cristocéntrica Iglesia, verán tu santa faz.
- Únicamente podrás llamar a Jesús Señor por el Espíritu.
- Y me ceñirás, oh Rey de reyes, para que los latidos de mi corazon invoquen tu glorioso nombre con sus inmarcesibles loas de santidad.
- Oh Sumo Creador,
- incomparable honra es transcribir la poética revelación de tu Santo Espíritu.
- Y de su señal celestial emana tal candor,
- que es hablando el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Paz de Cristo
jueves, 5 de mayo de 2022
TUS SÉPTICAS HERIDAS SERÁN SANADAS IRREMISIBLEMENTE EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario