SALMO 88:1,2 EN CRISTO

• Oh Jehová, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti.
• Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. 
• Oh mi Cristo, Tú eres el principio y el fin;
• y nada es comparable a tu excelso e inescrutable amor.
• 
  
• La Biblia dice: Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al seol.
• Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, de quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados de tu mano.
• Oh Cristo Redentor, 
• en tu sacrificio de cruz, redimiste todos los pecados de la inicua humanidad, para reconciliarnos con el Padre; porque así te agradó, oh Altísimo Señor Santo.
• 
  
• La Biblia constata: Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en lugares profundos.
• Sobre mí reposa tu ira, y me has afligido con todas tus ondas.
• Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; encerrado estoy, y no puedo salir.
• Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh Jehová, cada día: he extendido a ti mis manos.
• Oh Cristo Omnipotente, Tú predicaste a los disolutos moribundos, 
• y también a las almas sepultadas. 
• Hiciste lo imposible para revertir su eterno fin,
• y que fuere como el de los escogidos santos.
• 
  
• La Biblia enseña: ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? 
• ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, o tu verdad en el Abadón?
• ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, y tu justicia en la tierra del olvido?
• Oh Hijo del Hombre, 
• ha confiado siempre en tu majestuoso perdón;
• el que se dispuso a ser engendrado, como tu bienaventurado hijo.
• 
  
• La Biblia incide: Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, y de mañana mi oración se presentará delante de ti.
• ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?
• Yo estoy afligido y menesteroso; desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.
• Oh Sumo Alfarero, sé que en tu rueda de gloria, me moldearás a mí;
• porque anhelamos ser tu perfecto siervo,
• con los máximos arrestos de ser piadoso. 
• 
  
• La Biblia enfatiza: Sobre mí han pasado tus irás, y me oprimen tus terrores. 
• Me han rodeado como aguas continuamente; a una me han cercado.
• Has alejado de mí al amigo y al compañero, y a mis conocidos has puesto en tinieblas. 
• Oh Rey de reyes y Señor de señores, 
• nada contrariará a mi alma de genuino heraldo;
• para dar mi exultante candor, a tus radiantes glorias eternas.
•                   Paz de Cristo