A través del genuino arrepentimiento,
habrás llegado al radiante encuentro con el Rey de reyes.
Y de la Palabra, guardarás cada mandamiento,
para agradar al que nos da provisión de sus celestiales poderes.
Oh Señor Jesucristo, Tú conoces la perversa condición de mi ser, en su más vil agravamiento,
y lo has justificado y redimido totalmente.
¡Porque la salvación es por gracia, y no por obra!
En la cruz del Calvario, de tu preciosa sangre, hiciste su total derramamiento;
y por tu gloriosa piedad, oh Señor de señores, será del paraíso el alma santa.
Sublime es la libertad en Cristo,
y de un regocijo solemne.
Al ser conocida la verdad del Santo Espíritu,
por la heredad de su linaje reverente.
El fruto del Espíritu,
ha de ser en tu altar la ofrenda al Todopoderoso Redentor.
Y perseverad hasta el arrebatamiemto,
para ser elevados por la inmensa misericordia de su amor.
La vereda, oh Señor, que hollamos hacia tu gloria,
es de una dificultad insalvable.
Sin embargo, estamos revestidos de la victoria,
con el yelmo de salvacion y la fe de justicia inquebrantable.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario