Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los arboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
En el debe del ser humano, ofrece gran resistencia la parte no redimida.
Libraos del yugo, que el maléfico mundo os ha impuesto;
y descubrid que en Cristo, vuestra alma puede ser bendecida.
No has de dar más prerrogativas al necio,
que te lleva en volandas a la muerte.
El Señor Jesucristo, pago con su preciosa sangre el mayor precio,
para de tus delitos y pecados redimirte.
El hombre cautivo está del pecado;
y necesita escuchar el estruendoso viento de Sión.
Envuelto en este recio huracán, se sentirá purificado;
y el Santo de Israel con su presencia, habrá dado vida a un nuevo corazón.
Oh Cristo Jesús, tu ignominioso sacrificio en la cruz del Calvario,
nos ofrendó el eterno paraíso a los arrepentidos.
Abriste a todas las almas el sagrado santuario;
y de este sublime privilegio, tan solo los autenticos siervos de excelencia, habran de ser para siempre bendecidos.
Cada segundo de nuestra existencia,
oh Rey de la gloria, nos das la oportunidad de transformar en luz la obscuridad del alma.
Es un sobrenatural llamado que demanda reverencia,
y permanecer con regocijo en la Palabra.
Paz de Cristo
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