Los ríos en la naturaleza,
discurren por lugares insospechados.
Pero en su curso todos obedecen a una certeza.
Y es que Dios los ha guiado por el perfecto cauce de los bienaventurados.
Oh Cristo Jesús, ¿Será que nuestras vidas, en su momento, no fueron encauzadas por amor a tu nombre santo?
Jesús, dijo: Velad y orad, para no entrar en tentacion; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
La semilla de un árbol, necesita ser cuidada para su completo crecimiento.
Y sobre todo, que su siembra haya sido en tierra fértil.
La autosuficiencia de nuestro cuerpo,
proviene de la sabiduría del Creador.
Sería para nuestra mente incomprensible, que todas sus constantes vitales las pudiéramos programar a diario con acierto.
Esta magistral obra, le concierne en su totalidad al Sumo Hacedor.
De nuestro Señor Jesucristo,
emana la omnipotencia, la omnisciencia y la omnipresencia.
Y privilegiados somos del conocimiento que Él nos da del sobrenatural camino,
a través de las buenas nuevas de salvación eterna.
La fe es un don muy preciado que nos regala Cristo,
Y dice la Biblia: Qué la fe es por el oir, y el oír la Santa Palabra.
A toda sagrada verdad nos lleva el Santo Espíritu,
y por su cauce de eternidad, solo será salvo el que más ama.
Paz de Cristo
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