Vuestra pureza habrá de tener fiel observancia en Cristo,
y seréis de salvación.
Buscad la única verdad en el Santo Espíritu,
y recibiréis de lo alto la poderosa unción.
Oh Cristo Jesús, el sacrificio vivo,
propicia la santidad.
Y el quebrantamiento de espíritu,
es la manifestación indubitable que nos muestra la senda de eternidad.
Oh Señor Jesucristo, santo he de ser,
para abrir la gloria.
Si inexorable es tu proceder,
en el día postrero, refrendado serás con el grandioso galardón de la victoria.
Oh Sumo Hacedor, tus favores y misericordias,
me has confiado, para que mi alma sobre las tinieblas pueda prevalecer.
Pero ante la inminente venida del Rey de reyes, manten exultante el fervor; y no caigas en los últimos días,
para partir con la Iglesia de los que hasta el fin pudieron creer.
Oh Omnipotente Redentor, ¿Acaso la gracia de tu preciosa sangre, puede ser burlada?
Has de saber, que el tribunal de Cristo conoce todas nuestras tribulaciones.
Haz que el candor revista tu alma,
elevando al cielo tus más fervientes oraciones.
Paz de Cristo
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