Testigos hemos sido de la misión del Eterno,
porque el reino se nos ha acercado.
Y el bautismo de Espíritu y fuego,
lo ha recibido todo siervo bienaventurado.
Oh Cristo, por gracia del santo Evangelio,
nuestro ser se afirmó en tu gloria.
Y fue sellado con las arras del Espíritu,
para el postrer día de la victoria.
Oh Cristo Jesús, los frutos del arrepentimiento,
se han concernido en la conversión del alma.
Y será prosperado el circunciso, que de Sión bendijo el viento,
y que a su prójimo ama.
Oh Fiel y Verdadero,
de tu Palabra,
somos discípulos.
Y la bondad del corazón que se transforma,
propiciará la apertura de los cielos benditos.
Oh Redentor, de tu fe somos esclavos,
al haber encontrado en el Evangelio la libertad.
Y para ser salvos,
habremos de perfeccionarnos en el conocimiento de la verdad.
Paz de Cristo
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