Tú eres, oh Señor, el que guardas mi vida.
Y viniste a rescatar a los perdidos,
para que su existencia fuera bendecida.
Oh Cristo Jesús, tu poder se tradujo en la manifiesta creación,
y de su contemplación se regocija tu obra maestra.
Y si a tus pies, oh Señor, quebranta su endurecido corazón,
puede nacer un alma nueva.
Oh Cristo Jesús, en la cruz del Calvario,
nos ofrendaste tu sagrada redención.
E inmerecidamente el ser humano fue libertado,
para que descubriera su gloriosa salvación.
Oh Señor Jesucristo, fuente de sabiduría es tu Palabra,
y si la pedimos en oración, Tú nos la das.
¡Jesús te ama!
No pierdas esta gran oportunidad, y la gloria verás.
Oh Fiel y Verdadero, en la concavidad de tu excelsa diestra,
guardas los vientos.
Y a toda la tierra preserva,
con la pureza de los más recios.
Paz de Cristo
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