La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.
De lo recibido de gracia, dad de gracia.
Oh Cristo Jesús, el pensamiento y la intención del corazón humano, solo es coincidente con la verdad, en lo que tus discernimientos precisas;
porque en ti, oh Señor, obra sin variación la perfecta transparencia.
De excelsa pureza es la verdad,
que en el Evangelio profetiza el Todopoderoso Señor Jesucristo.
Y todas sus promesas de eternidad,
se cumplirán en la infalibilidad del Santo Espíritu.
Oh Redentor Omnipotente, las altivas tinieblas se desvanecieron,
con solemne aquiescencia ante el majestuoso fulgor de tu gloria.
Y vencidas perecieron,
oh Cordero inmolado, con tu muerte, y muerte de cruz en el Calvario, al derramar la preciosa sangre del nuevo pacto, que absolvió a los irreverentes pecadores por su eterna gracia.
Oh Rey de reyes, en vereda angosta se erige tu salvación.
Con el aventador, oh Rey de la gloria, separas el grano de la paja.
Y la misericordia del perdón,
hará en el que se arrepienta la magnificente justicia sagrada.
Sin santidad no se verá al Señor.
Anotado tiene el libro de la vida, las luces y las sombras de tu alma.
Y el Amén te recompensará, sobre todo, si has tenido de Él temor,
y guardaste con máximo celo su Palabra.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario