Oh Cristo, transformaste el Universo,
y lo supliste por tu Templo Eterno.
Ya no habrá más muerte, ni más llanto;
satanás a sido hecho prisionero, en el lago del perpetuo fuego.
Oh Señor Jesucristo, Tú eres el Alfa y la Omega,
el principio y el fin.
Los sedientos, bebed de la fuente que da el agua de la Vida.
Y seréis, como vencedores, herederos del Espíritu que hay en mí.
La muerte segunda, es justiciera sepultura de inextinguible fuego;
para los cobardes, incrédulos, abominables, homicidas, fornicarios, hechiceros e idólatras.
Y cada pecador será condenado,
para vergüenza y confusión, a las llamas perpetuas.
Cielos nuevos y nueva Tierra,
serán de bendición.
La Ciudad Santa, será de los bienaventurados, la morada;
donde la pureza, va a ser inmaculada perfección.
Nueva Jerusalén,
con transparencia Santa de Eternidad.
Es el lugar de adoración, de la Iglesia amada del Señor,
en el Templo de Magnificencia y Santidad.
Paz de Cristo
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