Oh Cristo, tu yugo es fácil, y ligera tu carga.
Habréis de fluir en el Espiritu,
para ser hacedores de la Palabra.
Y la excelencia de vuestro conocimiento, serán las encrucijadas del camino excelso.
En Cristo Jesús, no te invadirá la tibieza,
y será prosperada tu alma.
Has de tener en el Evangelio gran certeza,
para hacer converso al que a las tinieblas ama.
Oh Señor Jesucristo, no habrá lacerante latigazo,
que nos impida luchar por tu Gloria.
Al resistir el viento huracanado,
refugiados en tu Diestra, proclamaremos victoria.
Nuestra existencia,
no vale nada sin el Salvador Jesucristo.
Buscad su presencia;
porque del Cielo desciende la buena dádiva de gloriosa libertad, en su Santo Espíritu.
Oh Señor Omnipotente, la asechanzas del maligno,
son trampas enmascaradas de lo insospechado.
Sé un discípulo digno,
y resiste hasta con la sangre el inicuo pecado.
Oh Cordero Inmolado, tu Todopoderoso Sacrificio,
visitó el trasfondo de la maldad.
Que tu palpitante corazón, luche con denuedo ante el implacable asedio del suplicio;
para ser lleno de amor, en su encuentro con la Verdad.
Paz de Cristo
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