El arrepentimiento, esencia en Cristo;
no hay mejor semilla.
La Verdad del Santo Espíritu,
sembrada será, en la fe que da Vida.
La estruendosa alabanza
cambio nuestra alma.
Y fue pesada, oh Señor, en tu Santa balanza,
la sonrisa del corazón que ama.
Las lágrimas hicieron crecer súbitamente,
los ríos de Agua Viva.
Dios, estaba siempre presente,
en nuestra exultante alegría.
Sión, era una ensoñación,
para el desolado cautiverio.
Alas tuvo el corazón,
para proclamar, oh Jehová, la liberación de su asedio.
Segasteis la gran cosecha,
fruto de la voluntad del Padre Eterno.
Del Cielo es la promesa;
porque al Señor, seréis por pueblo.
Paz de Cristo
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