Oh Señor Omnipotente, Tú habitas la Eternidad;
y con el Evangelio has dado dirección a nuestra alma.
En tu Divinidad,
nos has acercado la Palabra.
nos has acercado la Palabra.
Oh Señor, tu cetro,
es la manifestación de tu Sagrada Majestad. Y el báculo,
tu Soberana Unicidad.
es la manifestación de tu Sagrada Majestad. Y el báculo,
tu Soberana Unicidad.
Oh Señor Jesucristo, la fortaleza de tu presencia, obvia el aguijón de la muerte.
Todo mal se rinde ante tu Magnificencia;
y en mi espíritu la Gloria permanece.
Oh Redentor, tu Nombre nos ha revelado
la Salvación.
la Salvación.
Tu Preciosa Sangre derramada ha deshecho, por Gracia, el pecado.
Y tu poder obra en nuestro corazón.
Oh Salvador,
Tú eres el Pastor, que me das Vida.
Ya solo vivo en tu amor,
para ser el siervo fiel, postrado a tus pies cada día.
Paz de Cristo
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