EL APÓSTATA, PUSILÁNIME EN CRISTO

Oh Cristo, la ambigüedad 
brota de la raíz apóstata. 
El pusilánime desvirtúa la Verdad,
y da complacencia a la ignominia fatua.

Frío o caliente ha de ser nuestro espíritu. 
Al tibio lo vomitaré de mi boca;
dijo, el Señor Jesucristo, 
del apóstata. 

El Reino de los Cielos sufre violencia, 
y solo lo arrebatan los valientes.
Dignos de la máxima excelencia, 
son los que dan su vida por el Señor de señores y Rey de reyes. 

Oh Cristo Jesús, bienaventurado, 
es el que guarda tu Palabra. 
Y puede ver su nombre en el Firmamento rotulado, 
para la Salvación del alma. 

Poned los ojos en el Cordero Inmolado, 
y que sus Preciosa Sangre derramada purifique vuestro espíritu. 
El Nombre que es sobre todo nombre, por el Cielo os será revelado. 
El que estuvo muerto y al tercer día resucitó para vivir por los siglos. El Salvador que en Majestad habíta lo Eterno. Él es el Rey de la Gloria, nuestro Señor Jesucristo.
                         Paz de Cristo