Anatema es la traición,
desenmascaradla en el Nombre de Jesucristo.
Tened alas de bendición,
para volar en las alturas del Espíritu.
La sórdida oscuridad de las tinieblas,
oh Señor, en la encrucijada del abismo obstaculizan tu Luz.
Que no haya en tu alma más endechas.
Invoca día y noche la Gloria de Jesús.
Adorad al Rey de reyes,
y velad para no entrar en tentación.
A la Verdad el espíritu dispones;
pero la inicua carne es de contumaz cerrazón.
En la cruz fue ajusticiado nuestro Cristo,
De mofa, befa y escarnio,
sirvió su Glorioso Sacrificio.
Tembló todo el Universo, cuando el velo del Templo de la Gracia se rasgó; para quebrantarnos en el Lugar Santísimo, con el corazón contrito.
Oh Cristo Jesús, venciste al aguijón de la muerte.
Y abiertos fueron los Cielos en tu Resurrección.
Oh Salvador, tu Nombre es Jesús. Y toda rodilla ante ti ha de doblarse,
para ser de Salvación.
Paz de Cristo
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