Oh Cristo, tu obra maestra hemos de preservarla:
es cuerpo, mente y espíritu.
Sublime arquitectura
creada en el misterio Santísimo.
Oh Señor, Tú eres la Roca,
que afirmaste mi linaje.
Y tu Luz hermosa,
me dio el resplandor perfecto en el vientre de mi madre.
Oh Señor Jesucristo,
tu delineada rectitud, fue por el hombre retorcida.
Y ante tal distorsión, tu Divinidad se humanó;
para redimir a la Humanidad, en el pecado sumida.
Oh Rey de reyes, derramaste tu amor,
para que no fuera profanado el entendimiento.
Omnipotente Salvador,
las almas irreprensibles, se someten a la Santa Voluntad de tu Evangelio.
Oh Señor de señores, cuales fueron las coordenadas establecidas,
en la carta de navegación del ser humano.
Fluctuantes son las decisiones en él concernidas;
y sobre las hondas del mar podrá andar, si es irreductible en su fe para ser salvo.
Paz de Cristo
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