Oh Cristo, nos ofrendaste las promesas en tu Palabra,
y fiel es su cumplimiento.
En Cielos nuevos y Tierra nueva,
serás Tú, oh Señor, el Sagrado Templo.
Oh Cristo Jesús, tu Verdad
es nuestra provisión.
En la Eternidad,
latidos Santos dará nuestro corazón.
Oh Señor Jesucristo, nadie sabe el día y la hora,
en la que el Todopoderoso vendrá.
Velad y Orad para que vuestra alma,
vea la Faz Santa.
Oh Rey de reyes, en la solemnidad de tu Palabra,
ha de ceñirse nuestra vida Santa.
E irreprensibles y sin mancha,
morar con el Señor de la Eterna Gracia.
Esperad en Jesucristo,
y apresuraos en buscar su Paz.
En su advenimiento pesará tu alma el Santo Espíritu,
y seras de Salvación o condenación por la medida de Santidad.
Paz de Cristo
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