El gozo que me ha dado tu Nombre, oh Señor,
deshace toda asechanza del maligno.
Percibo un sobrenatural sentimiento de amor,
que emana del Lugar Santísimo.
Oh Cristo, el corazón humano se muestra incierto;
en tu Gracia interiorizamos la compasión del amor.
Llénate del poder Glorioso,
y verás al Salvador.
Gran bendición es compartir el amor,
para asumir la aflicción del prójimo.
Oh Redentor, bebiste el cáliz de tu pasión;
y revestiste de pureza al pecador, que te agradó negándose asimismo.
Oh Señor Jesucristo, eres nuestro Creador,
somos sustentados por tu Todopoderosa Mano.
El Santuario del amor,
derrama la dádiva perfecta, que convierte al ser humano.
Que tu nombre se vea escrito
en la inmensidad del Firmamento.
Guardame, oh Cristo Jesús, en la Gloria de tu propósito;
para vivir en la Eternidad del Fundamento.
Oh Jesús, tu Evangelio dirige nuestros pasos
por las huellas del inocente candor.
Tu nacimiento fue en un lugar, donde la mula y el buey pernoctaban estabulados;
pero eres el Señor de señores Eterno, que das Vida al que resucita en tu amor.
Nada se opuso a la Redención.
Ha lugar a la Salvación, si sirves al Rey que con amor sirvió a los siervos.
Ha lugar a la Salvación, si sirves al Rey que con amor sirvió a los siervos.
Tu crucifixión y muerte, oh mi Señor Jesucristo, se convirtieron en Resurrección.
Y elevada fue tu Exaltación a los Cielos Eternos.
Paz de Cristo
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