Oh Cristo, en la Palabra
he de perseverar.
Porque el que al prójimo ama;
a Dios, primero ha de amar.
Oh Señor Jesús, no hay imponderables
en el Espiritu.
Seréis invencibles,
si vuestra Santidad, se disciplina en Jesucristo.
Oh Señor Jesucristo, lo que guarda el corazón del hombre,
se oculta en lo invisible.
Y es que, al que cree en el Nombre que es sobre to nombre,
todo le es posible.
Oh Rey de reyes, gran temor y temblor,
sobrecogen mi espíritu delante de tu presencia.
Evángelizad con denodado fervor,
para ser dignos de su bendita esencia.
Oh Salvador, Tú eres el autor y consumador de la Fe.
Predicad hasta el fin la Verdad;
y al ver lo que no se ve,
será del alma consagrada la Eternidad.
Las pruebas nos disciplinan
en el temor de Dios.
Sólo nuestros hechos nos galardonan,
por permanecer firmes ante los inicuos.
Edificad la disciplina sobre la Roca.
Oh Señor, tu gozo es nuestra fortaleza.
Buscad su rostro en la plegaria que se eleva,
con alas de Santidad pertecta.
Paz de Cristo
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