Oh Cristo, el pernicioso vinculo de vanidad,
lo postula el ser humano.
El árbol de la Vida, revela pureza de Eternidad.
Y en sus doce frutos, existe una maduración perfecta, cada bendecido mes del año.
La idea de pertenencia material, oh Rey de reyes,
la despeja tu Trono Celestial.
La Gloria manifiesta su Magnificencia en los excelsos bienes,
siendo Tú, oh Señor, el Templo Espiritual.
Un río, con agua de transparencia resplandeciente,
brotará de tu Glorioso Trono.
brotará de tu Glorioso Trono.
Manifestación de la Verdad, que Eternamente
presidirá el inefable Cielo.
presidirá el inefable Cielo.
Oh Señor Jesucristo, los Santos de tu amada Iglesia, son celosos en cumplir
la Excelencia de tu Evangelio.
Si perseveran hasta el fin,
serán dignos de la morada, que has preparado en la inmensidad del Todopoderoso Templo.
Oh mi Señor y Salvador, tu Divinidad,
el hombre que creaste del polvo, la considera un ininteligible rudimento.
Seguro que en su precaria sabiduria de la Eternidad,
cuando le juzgues, Oh Señor Omnipotente, dará cumplida cuenta de su ser irredento.
Paz de Cristo.
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